Hace un año, cinco policías brasileños dispararon cinco veces a un joven de catorce años que, sin estar armado, se tapaba los ojos muerto de miedo.
Su madre escuchaba los tiros desde la ventana de su casa y, mientras, dos cámaras, una de un reportero y otra la de seguridad de una gasolinera, grababa los hechos.
Ahora, los agentes, que acusaban al chico de haberles disparado primero, están en prisión.
En aquel momento nadie quiso denunciar lo sucedido, ni siquiera la familia del adolescente. Pero ahora están en un programa de protección de testigos y han decidido hablar contra la Policía Militar de Brasil.
sacado de you tube
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