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23 may 2011

me gustas me gusta ......sacado del tuenti de un amigo

me gusta ir a buscarte cuando necesito verte
me gusta que me abrazes, pero si me abrazas fuerte
me gusta hablar contigo porque aveces soy tu amigo
me escuchas y comprendres todo aquello que te digo
me gusta que me ayudes y que compartas conmigo,
me gusta mirarte cuando te quedas dormida
me gusta contar contigo para lo bueno y lo malo
me gusta jugar contigo a lo que sea y apostar
me gusta cuando te miro y tu no me puedes mirar
me gusta lo que dices cuando estamos en la cama
me gusta aquel mensaje a las 6 de la mañana
me gusta recordar y charlar de viejos tiempos
me gusta cuando aveces hablamos de lo que siento
me gustan tus ojos en ellos todo se te notan
me gusta cuando algo pasa y lo sabemos arreglar
me gusta que me conozcas y que sepas como soy
me gusta que alguien te ame y que ese ame sea yo
me gusta que lo nuestro sea una historia de verdad
me gusta mi destino y tambien tu casualidad
me gusta ser el primero cuando tienes un problema
me gusta dormir contigo y escuchar tu corazon
me gusta ir pensando mil sorpresas para ti
me gusta quererte tanto porque se que eres mi chica

Entre los más grandes falsificadores de billetes de la historia fue un ama de casa

Entre los más grandes falsificadores de la historia es fácil encontrar a grandes artistas, geniales artesanos, mafiosos de la peor calaña o, incluso, personajes importantes con acceso a las más altas cotas de poder. Pero lo que es difícil imaginarse es que entre todos estos grandes delincuentes se colara un pobre ama de casa, de apenas 34 años y con siete hijos, que se hizo multimillonaria con un ingenioso método para falsificar billetes sin salir, a lo largo de toda su vida, de una pequeña villa de Massachusetts, donde se había convertido en una activa feligresa de la parroquia local. Su nombre: Mary Peck Butterworth.
Nació en 1686 en Rehoboth, y a los 24 años se casó con John Butterworth, un modesto granjero con el que subsistía trabajando en una pequeña granja heredada. Una década después, sin embargo, ya habían tenido siete hijos, les habían embargado la propiedad y se encontraban al borde de la miseria a la espera de un milagro con el que poder alimentar a sus pequeños. Y el «milagro» llegó… en forma de picaresca y delito, claro está.
Se encontraba un día la señora Butterworth almidonando la ropa de sus hijos y dejó la plancha, sin darse cuenta, sobre una hoja de periódico. Al percatarse, se sorprendió al ver que parte del texto del periódico había quedado impresa en una de las pequeñas camisas que estaba planchando. Rápido se le encendió una luz, y se preguntó qué ocurriría si apoyaba la plancha caliente sobre uno de los nuevos billetes que se habían emitido en la colonia británica, y después sobre un papel en blanco.

 

Primeros ensayos

En las primeras pruebas, la impresión aparecía débil y arrugada, cuando no se quemaba el papel por el exceso de calor en la plancha. Pero no se detuvo en su empeño hasta dar con el sistema adecuado, el puente para una vida mejor, lejos de las miserias. Y dio finalmente con él: estampar el molde del billete sobre la muselina rígida de unas de sus enaguas usadas, perfectamente almidonada, y luego lo pasar la plancha no muy caliente sobre el papel y, al final del trabajito, subrayar los detalles con una pluma de ganso.
Era tan perfecta su obra, tan primitivos los billetes y tan raro que alguien se le ocurriera falsificarlos, que le fue muy fácil colocarlos en el vecindario. Viendo la poca sospecha que levantaba, no tuvo reparos en comenzar a comprar ropas caras y objetos de lujo, así como a poner a toda la familia a producir billetes y ponerse en contacto con revendedores, a los que les vendía su «dinero» a la mitad de su valor nominal.
Fue tal el éxito de la falsificación de Mary Peck Butterworth y tan grande la cantidad de billetes que llegó a producir, que en poco tiempo afectó a la economía de Nueva Inglaterra y al control de las finanzas coloniales. De hecho, la «hazaña» de esta ama de casa aparece a menudo entre las grandes falsificaciones de la historia.

Su error, comprar una mansión

En todo este despilfarro, la familia Butterworth cometió el error de adquirir una de las mansiones más lujosas de Rehoboth, que pusieron a nombre de su hijo para despistar a las autoridades. En una inspección rutinaria de hacienda, uno de los hermanos de John Butterworth fue interrogado sobre el origen del dinero con el que la familia había comprado la mansión. Luego preguntaron a Mary Peck. Ambos, con un ataque de nervios, terminaron confesando su delito, a los que siguieron el hijo, una nuera y uno de los revendedores de los billetes.
Sin embargo, en el juicio, celebrado en 1723, el fiscal no pudo encontrar pruebas que contra Butterworth, ya que la astuta ama de casa había arrojado al fuego las piezas que le servían de molde. Fue declarada inocente. ¿Qué hizo después? Según cuentan, continuar falsificando billetes, esta vez con la ayuda de toda la parroquia, hasta que se retiro poco antes de morir, a los 88 años… muy muy muy rica.

ESTO ES PARA TODAS LAS MADRES DEL MUNDO ¿QUIÉN ES TU MAMA?

¿QUIÉN ES TU MAMA? 

> -Mamá es esa señora que lleva en el bolso un pañuelo con mis mocos, un paquete de toallitas, un chupete y un pañal de emergencia.

 >-Mamá es esa señora con bigote y trencitas en los pelos de las piernas que jura que en cuanto tenga un huequito, sólo uno, se depila.
> -Mamá es ese cohete tan rápido que va por casa disparado y que está en todas partes al mismo tiempo
>
> -Mamá es esa malabarista que pone lavadoras con el abrigo puesto mientras le abre la puerta al gato con la otra, sosteniendo el correo con la barbilla y apartándome del cubo de basura con el pie.
>
> -Mamá es esa maga que puede hacer desaparecer lágrimas con un beso
>
> -Mamá es esa forzuda capaz de coger en un solo brazo mis 15 kilos mientras con el otro entra el carro lleno de compra
>
> -Mamá es esa campeona de atletismo capaz de llegar en décimas de segundo de 0 a100 para evitar que me descuerne por las escaleras
>
> -Mamá es esa heroína que vence siempre a mis pesadillas con una caricia
>
> -Mamá es esa señora con el pelo de dos colores, que dice que en cuanto tenga otro huequito, sólo otro, va a la pelu
>
> -Mamá es ese cuentacuentos que lee e inventa las historias más divertidas sólo para mí
>
> -Mamá es esa cheff que es capaz de hacerme una cena riquísima con dos tonterías que quedaban en la nevera porque se le olvidó comprar, aunque se quede ella sin cena
>

> -Mamá es ese médico que sabe con sólo mirarme si tengo fiebre, cuánta, y lo que tiene que hacer
>
> -Mamá es esa economista capaz de ponerse la ropa de hace cientos de añospara que yo vaya bien guapo
>
> -Mamá es esa cantante que todas las noches canta la canción más dulce mientras me acuna un ratito
>
> -Mamá es esa payasa que hace que me tronche de risa con solo mover la cara
>
> -Mamá es esa sonámbula que puede levantarse dormida a las 4 de la mañana,mirar si me he hecho pis, cambiarme el pañal, darme jarabe para la tos, un poco de agua, ponerme el chupete, todo a oscuras y sin despertarse
>
> ¿La ves? Es aquélla, la más guapa, la que sonríe.”

DIARIO DE UNA DIETA DESQUICIADA.......

Querido Diario,
Hoy comencé a hacer dieta. Preciso perder 8 kg. El médico
nutricionista me aconsejó escribir un diario donde debo colocar mi
alimentación y hablar de mi estado de ánimo.
Me siento de vuelta en la adolescencia pero estoy muy
entusiasmada con todo.
Por más que la dieta sea dolorosa, cuando consiga entrar en ese
vestidito negro maravilloso, va a estar todo perfecto…
Primer día de dieta.
Un pedazo de queso blanco. Una taza de cereal. Una manzana. Mi humor está maravilloso. Me siento más liviana. Sólo un leve dolor de cabeza,tal vez…
Segundo día de dieta.
Una ensaladita verde. Alguna rebanada de pan tostado y un vaso de yoghurt. Aún me siento maravillosa.
La cabeza me duele un poquito más fuerte pero no es nada que una aspirina no pueda solucionar.
Tercer día de dieta.
Me desperté en el medio de la madrugada con un ruido extraño…
Creí que era un ladrón, pero después de un tiempo me di cuenta
que era mi propio estómago haciendo un ruido que daba miedo… Tomé un litro de agua  … No puede dormir porque me la pase orinando el resto de la noche.
Anotación: Nunca más tomaré tanta agua en la noche.
Cuarto día de dieta.
Estoy comenzando a odiar la ensalada. Me siento una vaca
mascando pasto. Estoy medio irritada. Pero creo que se debe al exceso de trabajo… Mi cabeza parece un tambor… Mi compañera de trabajo comió una torta hawaiana con doble queso hoy en el almuerzo. Pero yo resistí.
Anotación: Odio a mi compañera de trabajo.
Quinto día de dieta.
Juro por Dios que si yo veo un pedazo más de queso blanco vomito!
Mi almuerzo, una ensalada, parecía reirse en mi cara… Preciso
calmarme y volverme a concentrar. Compré como apoyo el libro de
las “dietas engordan, comer adelgaza” y una revista que traía en
la portada a Ana Kournikova. No puedo perder mi meta sé que lo lograré.
Sexto día de dieta.

Estoy muerta. No dormí nada a la noche.
Y lo poco que dormí me la pasé soñando con un flan de vainilla.
Creo que hoy mataría por una rebanada de pastel
Séptimo día de dieta..
Fui al médico… Adelgacé 250 gramos. No fastidies!!!!! Toda la semana comiendo pasto. Solo me faltó mugir y perdí 250 gramos!
Él explicó que es normal. La mujer demora más en adelgazar, más a mi edad…
¡¡¡El Hijo de p… me llamó gorda y vieja!!!!
Anotación: Buscar otro médico.
Octavo día de dieta.
Fui despertada hoy por un pollo asado. Lo juro!
Él estaba en la orilla de la cama, danzando can-can.
Anotación: No entiendo porque pero siento que mis compañeros de
trabajo me miran raro…
Noveno día de dieta.
Hoy no fui a trabajar. El pollo asado me volvió a despertar,
pero ahora bailando la pegajosa canción que dice: “el pollo que más aplauda, el pollo que más aplauda lo mando, lo mando, lo mando a la mesa…” . Pasé el día en el sillón viendo televisión y
saboreando lechuga. Creo que existe un complot. En todos los canales pasaban recetas de cocina. Enseñaban a hacer pastel de tres leches, lasagna y pechugas cordón blue…
Anotación: Comprar otro control remoto, en un arranque de furia,lo tiré por la ventana.
Décimo día de dieta.
Odio a Ana Kournikova y a todas las modelos que andan por las calles y que cuando caminan parecen esqueletos ambulantes.
Décimo primer día de dieta.
Pateé al perro. Grité y eché al aire todo mi repertorio de majaderías porque no encontraba esa blusa negra que me hace ver bien delgada. No entiendo porqué cuando paso mis compañeros de trabajo se pegan a la pared.
Décimo segundo día de dieta.
Sopa.
Anotación: Veo al pollo asado todas las noches no solo  me habla sino que ahora empezamos a jugar al poker. Creo que nos estamos volviendo viciosos del Poker el pollo asado y yo. Pero la verdad ya me dí cuenta de que él me roba.
Décimo tercero día de dieta.
La balanza no se mueve. Ella no se mueve! (maldita) No perdí un mísero gramo!
Comencé a reirme a carcajadas y jalarme el cabello. Asustado, el médico, sugirió un psicólogo. Creo que llegó a decir psiquiatra. Sería porque lo amenacé con un bisturí si volvía a escribir ensalada en mi dieta?
Anotación: No vuelvo más al médico, el pollo cree que es un charlatán y yo le creo.
Décimo sexto día.
No estoy más a dieta.
Enojadísima con el pollo, me lo comí junto con  pan.
Décimo séptimo día.
Desapareció el dolor de cabeza y me siento FELIZ.