SACADA DE 20 MINUTOS.ES
La tragedia irrumpió este jueves en una escuela de la periferia de Río de Janeiro en la que un exalumno, aparentemente desequilibrado, abrió fuego contra niños que comenzaban las clases del día, matando a once de ellos e hiriendo a otros trece antes de suicidarse. La matanza ha causado consternación en Brasil, un país que pese a los altos índices de asesinatos y violencia en sus ciudades no había sido escenario nunca de una tragedia de este tipo, lo que provocó el "repudio" de la presidenta Dilma Rousseff.
Los hechos ocurrieron en la escuela municipal Tasso da Silveira, situada en Realengo, un populoso barrio del extrarradio de la ciudad cuya normalidad fue alterada por los disparos del asesino que causaron pánico entre los más de 400 estudiantes del centro y entre los vecinos que se agolparon frente al lugar en busca de noticias de sus hijos.
Muchos padres de familia entraron en estado de nervios al constatar que sus hijos estaban entre los muertos o heridos mientras los bomberos corrían a contra reloj para trasladar a las víctimas en ambulancias o helicópteros a los hospitales. Las víctimas mortales son diez niñas y un niño de edades comprendidas entre los 12 y 14 años, alcanzadas la mayoría de ellas por impactos de bala en la cabeza y en el tórax, según la Secretaría de Salud. Otros 13 estudiantes que resultaron heridos fueron ingresados en distintos hospitales de la zona y, según los médicos, cuatro de ellos se encuentran en grave estado.
Una vez los heridos fueron socorridos por los bomberos la conmoción se trasladó a los hospitales del sector, especialmente al Albert Schweitzer, el más cercano al lugar de los hechos, donde durante toda la mañana se vivieron escenas desgarradoras de familiares que se abrazaban unos con otros al saber la magnitud de la tragedia.Policías de tráficoSegún las autoridades, dos de los chicos heridos lograron salir de la escuela y pidieron auxilio a tres policías que controlaban el tráfico en la zona. Estos entraron de inmediato al centro educativo y uno de los agentes disparó al atacante en las piernas cuando subía las escaleras hacia la tercera planta, para evitar que siguiera su recorrido criminal.
El atacante, identificado como Wellington Menezes de Oliveira, de 23 años, era un exalumno de la escuela y, al verse rodeado por los policías, se suicidó de un disparo, según la Secretaría de Seguridad de Río de Janeiro.
Menezes de Oliveira, que según un antiguo patrón suyo era una persona "introvertida y calmada", dejó una carta con instrucciones sobre su entierro en la que da muestra de fanatismo religioso. En la nota publicada por la policía, el pistolero pide que su cadáver sea "lavado" y preparado para el entierro y recomienda que no sea tocado por "impuros" y que sólo lo hagan "los castos o los que perdieron su castidad después del matrimonio y no se involucraron en adulterio".
Inicialmente portavoces oficiales dijeron que Menezes de Oliveira hacía mención al Islám en su carta, en la que también decía que estaba infectado con el virus del sida; sin embargo en la misiva mostrada a la prensa no hay tales referencias. Testigos citados por las autoridades dijeron que el agresor, que iba bien vestido, entró en la escuela asegurando que era un conferenciante que iba a participar en un seminario con motivo del cuadragésimo aniversario del centro educativo y habló tranquilamente con una profesora que le reconoció como exalumno.¿Por qué?Hasta ahora las autoridades no han dado una explicación sobre los motivos que llevaron a Oliveira a perpetrar la matanza, pero todo indica que se trata de la acción de un desequilibrado, según psicólogos consultados por medios locales.
La presidenta Rousseff estuvo a punto de romper en llanto al pedir un minuto de silencio por las víctimas en un acto con jóvenes emprendedores en Brasilia en el que manifestó su "repudio" a este asesinato de "niños inocentes". "No era de las características del país que ocurriera ese tipo de crimen, por eso considero que todos nosotros estamos unidos en el repudio a aquel acto de violencia, en el repudio a ese tipo de violencia, sobre todo con niños indefensos", dijo Rousseff.
La mandataria, que definió a las víctimas como "brasileñitos a los que se les quitó la vida tan temprano", decretó tres días de luto oficial. El gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, aseguró en una rueda de prensa que Oliveira estaba equipado con un cinturón en el que llevaba dos armas de fuego y definió al asesino como "psicópata" y "animal".
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La tragedia irrumpió este jueves en una escuela de la periferia de Río de Janeiro en la que un exalumno, aparentemente desequilibrado, abrió fuego contra niños que comenzaban las clases del día, matando a once de ellos e hiriendo a otros trece antes de suicidarse. La matanza ha causado consternación en Brasil, un país que pese a los altos índices de asesinatos y violencia en sus ciudades no había sido escenario nunca de una tragedia de este tipo, lo que provocó el "repudio" de la presidenta Dilma Rousseff.
Los hechos ocurrieron en la escuela municipal Tasso da Silveira, situada en Realengo, un populoso barrio del extrarradio de la ciudad cuya normalidad fue alterada por los disparos del asesino que causaron pánico entre los más de 400 estudiantes del centro y entre los vecinos que se agolparon frente al lugar en busca de noticias de sus hijos.
Muchos padres de familia entraron en estado de nervios al constatar que sus hijos estaban entre los muertos o heridos mientras los bomberos corrían a contra reloj para trasladar a las víctimas en ambulancias o helicópteros a los hospitales. Las víctimas mortales son diez niñas y un niño de edades comprendidas entre los 12 y 14 años, alcanzadas la mayoría de ellas por impactos de bala en la cabeza y en el tórax, según la Secretaría de Salud. Otros 13 estudiantes que resultaron heridos fueron ingresados en distintos hospitales de la zona y, según los médicos, cuatro de ellos se encuentran en grave estado.
Una vez los heridos fueron socorridos por los bomberos la conmoción se trasladó a los hospitales del sector, especialmente al Albert Schweitzer, el más cercano al lugar de los hechos, donde durante toda la mañana se vivieron escenas desgarradoras de familiares que se abrazaban unos con otros al saber la magnitud de la tragedia.Policías de tráficoSegún las autoridades, dos de los chicos heridos lograron salir de la escuela y pidieron auxilio a tres policías que controlaban el tráfico en la zona. Estos entraron de inmediato al centro educativo y uno de los agentes disparó al atacante en las piernas cuando subía las escaleras hacia la tercera planta, para evitar que siguiera su recorrido criminal.
El atacante, identificado como Wellington Menezes de Oliveira, de 23 años, era un exalumno de la escuela y, al verse rodeado por los policías, se suicidó de un disparo, según la Secretaría de Seguridad de Río de Janeiro.
Menezes de Oliveira, que según un antiguo patrón suyo era una persona "introvertida y calmada", dejó una carta con instrucciones sobre su entierro en la que da muestra de fanatismo religioso. En la nota publicada por la policía, el pistolero pide que su cadáver sea "lavado" y preparado para el entierro y recomienda que no sea tocado por "impuros" y que sólo lo hagan "los castos o los que perdieron su castidad después del matrimonio y no se involucraron en adulterio".
Inicialmente portavoces oficiales dijeron que Menezes de Oliveira hacía mención al Islám en su carta, en la que también decía que estaba infectado con el virus del sida; sin embargo en la misiva mostrada a la prensa no hay tales referencias. Testigos citados por las autoridades dijeron que el agresor, que iba bien vestido, entró en la escuela asegurando que era un conferenciante que iba a participar en un seminario con motivo del cuadragésimo aniversario del centro educativo y habló tranquilamente con una profesora que le reconoció como exalumno.¿Por qué?Hasta ahora las autoridades no han dado una explicación sobre los motivos que llevaron a Oliveira a perpetrar la matanza, pero todo indica que se trata de la acción de un desequilibrado, según psicólogos consultados por medios locales.
La presidenta Rousseff estuvo a punto de romper en llanto al pedir un minuto de silencio por las víctimas en un acto con jóvenes emprendedores en Brasilia en el que manifestó su "repudio" a este asesinato de "niños inocentes". "No era de las características del país que ocurriera ese tipo de crimen, por eso considero que todos nosotros estamos unidos en el repudio a aquel acto de violencia, en el repudio a ese tipo de violencia, sobre todo con niños indefensos", dijo Rousseff.
La mandataria, que definió a las víctimas como "brasileñitos a los que se les quitó la vida tan temprano", decretó tres días de luto oficial. El gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, aseguró en una rueda de prensa que Oliveira estaba equipado con un cinturón en el que llevaba dos armas de fuego y definió al asesino como "psicópata" y "animal".
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