Hoy, 18 de mayo de 2010, leí que hay un labrador perdido en Wilde desde hace 3 días y una familia desesperada buscándolo, preguntándose cómo pasó, por qué, dónde está, si tiene frío, si tiene miedo, si está lastimado, buscando una señal, desesperando, entendiendo que es un bebe, que es su bebe, que es parte indispensable de su vida y de su familia, y ahora no está, y ahora la angustia y el miedo de lo que puede estar padeciendo, sólo de noche, con frío, sin su cama, su casa, su mamá, su comida, gritando su nombre para que aparezca como si estuviera escondido, jugando.
No puedo evitar llorar, puedo sentir el miedo de él y el inmenso dolor de su mamá humana. Lloro por ellos, lloro por Luna y lloro por mí.
A Lunita “la compré en el Parque Domínico” y pagué $ 35 por ella en mayo de 2006. No lo hice por ella, para salvarla de su destino de abandono, ni siquiera me había dado cuenta de cuál era el destino de esos animales ni de ningún otro animal; la compré para regalársela a mi mamá, que estaba triste y porque un cachorrito es siempre lindo y simpático; la compré pensando en mí y en mi mamá.
Lunita me enseñó. Me dijeron que tenía 45 días y que estaba desparasitada. Al día siguiente, Lunita estaba paralítica, babeaba, se hacía pis y caca encima y por supuesto, no comía ni tomaba agua. Mi mamá la llevó inmediatamente al veterinario: tenía moquillo y no llegaba ni a los 30 días de edad. Le siguieron muchos días de varias inyecciones diarias, vitaminas, antibióticos, corticoides, agua con goterito … hasta que un día se produjo el milagro y Lunita se paró, caminó, comió, tomó agua por su medios.
Lo que siguió podría parecerse mucho a la llegada de un bebé a una casa: el primer ladrido, la primera vacuna, los juegos, los juguetes, los líos, la comida que más le gusta, la camita con abrigo y besito de las buenas noches, las risas, las cosas rotas, montones de fotos, montones de paseos a upa bien abrigada “hasta que tenga todas las vacunas”, el día de la castración (que manera de llorar). La chapita, los collares, las correas, los baños, la peluquería.
Había reja nueva en el jardín delantero de la casa de mi mamá y ella estaba contenta: otro lugar para que Lunita se divierta. Esa mañana del 15 de octubre de 2008, mi mamá salió a hacer las compras y la puso en ese jardín delantero para que se entretenga: “esperame que enseguida vengo” le dijo. Nunca más la volvimos a ver.
Ninguno de nosotros se dio cuenta de que la reja nueva no estaba bien colocada contra la pared y tenía un espacio por el que Lunita se escapó, seguramente detrás de otro perrito o corriendo a una paloma, sin chapita, porque hacía algo más de una semana que se la había arrancado jugando y se perdió, y seguramente yo tuve cosas mucho más importantes que hacer que salir corriendo a comprar otra chapita: “mañana voy”. No hubo mañana. Lunita no volvió.
Es difícil de explicar, pero ahora mismo, 1 año, 7 meses y tres días después de esa maldita mañana, pienso en ella y lloro. No sé si está viva, no sé cuánto miedo tuvo, no sé si tuvo hambre, dolor, frío; no sé si la maltrataron, si se perdió adentro de alguna villa, si se subió al tren y se bajó lejos o la encontró un alma generosa que la quiere y la cuida mejor que nosotros.
La busqué día y noche, por las vías del tren, por los barrios lindos, por los feos, por las estaciones de tren, por las casas de la gente con perros, por los galpones, por los zoonosis, por los predios desocupados, por los parques (sí, por el de Domínico también), por las terminales de colectivos; la publiqué en muchos lados, desparramé cientos de carteles y volantes en todos los diarios, en todos los puestos, la subí a todas las páginas de búsqueda y me suscribí a todos los grupos de internet (que no sabía ni que existían). Nunca supe nada más de ella, nadie la vió, excepto el buen vecino del negocio de enfrente que la vió escaparse y no movió ni un pulgar.
Lunita me enseñó. En ese recorrido lleno de dolor y de culpa, que nunca se alivia, que nunca encuentra perdón (aunque ella ya me debe haber perdonado), conocí un mundo que siempre ignoré: el del abandono, la enfermedad, el miedo y la muerte de tantos y tantos perros y gatos, y el de la indolencia, la indiferencia, la brutalidad, la crueldad y la miseria humana. Difícil volver a ser la misma después de ese viaje.
También conocí gente increíble, de quien aprendí muchas cosas, que me enseñaron paciente y generosamente. Adopté 3 perritas Mara, que vive conmigo y con Bianca, mi gatita carey, y Lola y Mora que viven con mi mamá. Y rescaté otros, dí en adopción, pensioné, pensiono, amadriné, amadrino y participo como puedo de todo lo que puedo. Mis ojos miran distinto: puedo ignorar a la gente, pero nunca a un perro o un gato solos. También mis oídos escuchan distinto: puedo distinguir un aullido perruno de dolor o un pedido de rescate de un gatito en medio del ruido de una avenida muy transitada.
LUNITA me enseñó, pero mi ignorancia le costó muy cara, y nunca me voy a perdonar por lo que ella haya tenido que pasar aunque nunca me entere de qué fue. Quiero pensar que lo que hago por los animales hoy no es una forma de lavar mi culpa, sino que entendí realmente que ellos son perfectos, que su amor es perfecto y que nosotros destruimos lo que tocamos, incluyéndolos a ellos. Voy a seguir trabajando y haciendo todo lo que pueda para mejorar este desastre que hicimos y hacemos con los animales no humanos, para pedirles perdón, a mi Lunita y a todas las lunitas que padecen los estragos de nuestra triste humanidad.
Silvia Couceiro
http://www.facebook.com/pr ofile.php?id=1207521307
Esta es LUNA //////////////////////////
Estas son las cosas que aprendí desde que Lunita entró en mi vida, y las comparto, para intentar que ninguno más pague por nuestra ignorancia:
HACELO CASTRAR
Los perros de raza, hembras y machos, son robados para reproducirlos y vender sus crías. Cuando se enferman y ya están débiles por la explotación a la que fueron sometidos, con tumores, descalcificados y ya no son productivos, los abandonan y mueren solos y sufriendo. Todos los perros sin castrar, mestizos y de raza, son atropellados, mutilados y mueren debajo de los autos que ni siquiera ven, buscando aparearse. Se contagian tumores y enfermedades venéreas, se enferman de cáncer relacionado con lo hormonal y producen crías que repetirán el círculo de abandono y dolor.PONELES CHAPITA CON TELÉFONO
Los perros asustados caminan mucho, se pierden, ES MENTIRA QUE SIEMPRE SABEN VOLVER. La chapita con el teléfono les da la oportunidad de reencontrarse con su familia. La chapita debe estar colocada en un cordón feo y fuerte, que no se gaste, ni se rompa, ni se desate. Si se la ponés en el collar, se lo roban en la calle y se quedan sin ella.NO LO DEJES SUELTO, NO LO DEJES SOLO
Él no necesita estar solo, él te necesita a vos. Camina con él, la vuelta a la manzana la tiene que dar con vos. Nadie te puede asegurar que no se va a ir detrás de una hembra en celo, que no se va a encontrar con una jauría (que pueden ser 2 ó 3 perros) que lo ataquen para marcar el territorio y que el corra y salga de su ruta por eso y se pierda; que va a correr a un gato y lo atropelle un auto o que te lo roben.NO LO VISTAS Y ADORNES CON COSAS CARAS Y LLAMATIVAS
Él no lo necesita. No necesita la ostentación ni el consumo innecesario. El necesita de vos y de tu afecto; necesita su casa, su cama, su comida, su atención veterinaria. No le importa cuán lindo es el collar. Todas esas cosas caras y llamativas lo único que hacen es someterlo al riesgo de que para robárselas también se lo lleven a él o que lo maltraten.NO LE PEGUES, NO NECESITA TUS GOLPES PARA APRENDER
Necesita tu paciencia y tu perseverancia.VACUNALO TODOS LOS AÑOS
Aunque sean adultos y estén bien alimentados, hay enfermedades que los pueden matar.NO APOYES CREENCIAS POPULARES SIN FUNDAMENTO
Los perros y los gatos no se las arreglan solos: se enferman, se accidentan, tienen hambre, frío y miedo. Los gatos no tienen 7 vidas, tienen una y muchas veces la viven bastante mal: los matan los perros, los patean los humanos, los lastiman y matan las peleas nocturnas.LA LENGUA DE LOS PERROS Y LOS GATOS NO ESTÁ CARGADA CON ANTIBIÓTICOS DE AMPLIO ESPECTRO
Es decir, no todas las heridas se las curan lamiéndose a sí mismos. De hecho, la mayoría de las heridas que se les producen por enfermedades, fracturas provocadas por autos que los atropellan, peleas entre ellos o porque un buen humano les propinó cobardemente un terrible golpe o herida cortante, terminan en bicheras, que son heridas llenas de gusanos que se los comen vivos de afuera hacia adentro, provocándoles un dolor indescriptible y lesiones neurológicas que les traen otras consecuencias, si no se mueren antes.LAS MUJERES QUE SE OCUPAN DE LOS PERROS Y ALIMENTAN LOS GATOS, SON TODAS VIEJAS LOCAS, SOLTERONAS Y AMARGADAS
Algunas aclaraciones: no todas somos mujeres, no todas somos viejas, no todas somos solteronas y algunas de nosotras tenemos una vida razonablemente completa y satisfactoria. Te sorprenderías de ver la cantidad de jóvenes, estudiantes, profesionales, familias completas, que dedican tiempo, dinero y esfuerzo a la protección de la fauna urbana; te sorprenderías de ver la inteligencia, la administración, los equipos de trabajo (voluntarios y pagos), los sistemas de adopción y seguimiento, los planes de canje para la adopción de viejitos, entre otras cuestiones, de algunos emprendimientos privados destinados al rescate de perros y gatos, y algunos otros al rescate de fauna salvaje.
NO SUBESTIMES, NO CATALOGUES: SUMÁ, NO RESTES. PEDILE AL ESTADO QUE IMITE ESTAS ORGANIZACIONES CONCEBIDAS DESDE LO PRIVADO
No sólo hubo una inmensa evolución tecnológica, de hábitos y de consumo, también hubo un desarrollo de la conciencia ecológica y el respeto por la vida: SUMATE.¿QUE SUPONÉS QUE PASA CUANDO LLAMAS AL PASTEUR?
Te lo voy a decir: vienen con una camioneta inmunda, se bajan unos tipos que preferirían limpiarme el inodoro que tocar a un perro, lo enlazan como si fuera una fiera indomable, lo suben a la camioneta casi ahorcándolo, lo bajan de la camioneta otra vez ahorcándolo (y a veces también pateándolo, total ya no lo ven), lo tiran adentro de una jaula sucia, oxidada e inmunda y ahí se queda, haciendo caca, pis, durmiendo, comiendo (a veces), sufriendo, llenándose de hongos, sarna, manguerazos de agua helada, y acostándose sobre su propia suciedad. Si además el perro se atrevió a mostrarle los dientes en este proceso tan amable, le cuelgan un cartel en los barrotes del canil que dice “MORDEDOR” y así le garantizan que nunca nadie se le acerque, ni siquiera un veterinario, y se pudra ahí dentro, solo. El PASTEUR y casi todos los Centros de Zoonosis del país (nombre elegante con el que bautizaron a las perreras), son campos de concentración de animales, lugares vergonzosos, prehistóricos, llenos de empleados inoperantes e insensibles a los que les pagamos el sueldo, llenos de veterinarios mediocres, vagos e insensibles, a los que también les pagamos el sueldo; lugares donde los revolean a su peor suerte sólo para que vos y yo no tengamos que verlos y mucho menos ocuparnos de darles un mejor destino (castrarlos, vacunarlos, ponerles un poco de agua y comida).AHORA YA SABÉS LO QUE PASA CUANDO LLAMÁS AL PASTEUR: TE CONVERTÍS EN SU VERDUGO, LO CONDENÁS A UNA AGONÍA LARGA, TRISTE Y DOLOROSA QUE TERMINARÁ EN UNA MUERTE SOLITARIA. LA PRÓXIMA VEZ QUE SE TE OCURRA LLAMAR AL PASTEUR, PENSÁ EN LO QUE TE CONVERTÍS, Y SI TE DA EL CUERO, CONTÁSELO A TUS HIJOS.
NO COMPRES, ADOPTÁ
Si no elegiste a tus hijos por catálogo, no lo hagas con tu perro o tu gato. Los afectos no se compran, se eligen, se adoptan. Acercate a los voluntarios de los Zoonosis, a los grupos de internet dedicados al rescate y a la adopción de animales urbanos, a los refugios, a las protectoras. Hay perros grandes, medianos y chicos, de raza y mestizos, pelo largo, corto o más o menos, de todos los colores, edades y personalidades, de los que dan un poco de miedo y de los que dan mucha ternura. Entre todos esos animales, seguro que está tu próximo perro o gato.NO SIGAS DE LARGO
Si ves un animal lastimado, asistilo. Si fuera el tuyo querrías que alguien lo ayude y te avise. Los animales que no tienen dueño ni son de raza, también sufren y no se curan solos, necesitan atención veterinaria. No se la niegues. Hace que le curen sus heridas, pedí ayuda, no significa que te lo tengas que quedar. Si hay animales que viven en tu cuadra, en tu barrio, dales de comer, poneles agua. Tienen hambre, tienen sed. Si hay perras y gatas en tu cuadra, en tu barrio, hablá con tus vecinos para hacerlas castrar: es rápido y barato, y vas a evitar que sigan reproduciéndose.NO LE TIRES EL PROBLEMA A OTRO
Sé parte de la solución; si no sabés cómo hacer, pedí ayuda, pero participá.EL ESTADO (NACIONAL, PROVINCIAL Y MUNICIPAL), NO HACE PRÁCTICAMENTE NADA. SI OCUPÁS UN CARGO PÚBLICO AYUDÁ A QUE ESTO CAMBIE. LOS PROTECCIONISTAS, LAS ASOCIACIONES PROTECTORAS, LOS REFUGIOS, LOS VOLUNTARIOS PUEDEN DARTE LA INFORMACIÓN QUE NECESITÁS.
NOTA QUE COPIÉ DE LA PAGINA "EL CAMPITO REFUGIO"http://www.facebook.com/el
Y de Silvia Couceiro
la FOTO DE LUNA es real, es Luna, de Silvia Couceiro)
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