Se enfrenta a 7 meses de cárcel por maltratar a sus canes en un pabellón de Loiu donde se encontraron restos óseos de más animales
Siete meses de cárcel pide el fiscal para un hombre que presuntamente maltrató a sus perros. Al parecer, el acusado tenía media docena de canes en un pabellón abandonado de Loiu, sin agua, ni comida ni las más mínimas medidas de higiene. En el recinto se encontraron restos óseos de más perros, que podrían haber muerto de inanición. Los hechos se descubrieron en junio de 2008 y pueden ser constitutivos de un delito de maltrato animal. El juicio contra J.B.G.G. iba a celebrarse ayer, pero fue aplazado hasta el 25 de marzo por enfermedad del acusado.La voz de alarma la dieron unos obreros de la construcción que trabajaban en una finca cercana al pabellón, al parecer una granja de gallinas en desuso. Tras constatar que los perros no tenían alimento y que nadie acudía a atenderles, se pusieron en contacto con la Asociación por un Trato Ético a los Animales (ATEA). Un miembro de la protectora se desplazó hasta el lugar y logró entrar en el pabellón donde agonizaban los canes. Cámara en mano, grabó imágenes del momento del hallazgo, que serán utilizadas como prueba en el juicio y a las que este periódico ha tenido acceso. En ellas se puede apreciar que los perros vivían rodeados de desechos y sin comida. Cuatro estaban enjaulados, mientras que dos hembras habían vagaban por el recinto. Una de ellas estaba preñada y la otra presentaba signos de desnutrición aguda.
También se encontraron los restos óseos de otros canes, en concreto un esqueleto completo de un perro que yacía acurrucado con el collar al cuello. Según el informe del veterinario, el cadáver podría haber sido devorado por los demás. Según cuenta el activista, que testificará en el juicio, los perros en ningún momento mostraron actitud agresiva, «estaban rendidos y muertos de hambre», sostiene.
Alertada la Ertzaintza y el Ayuntamiento de la localidad, los perros fueron trasladados a un centro de acogida en Artxanda. Una de las hembras tuvo que ser sacrificada a las pocas horas porque «su situación era crítica e irreversible», explica desde el centro. Otros dos fueron sometidos a eutanasia porque al parecer desarrollaron conductas agresivas. Sólo tres sobrevivieron y ya han sido adoptados por otras familias. Las razas de los canes -rottweiler, pastor alemán y pastor belga- llevan a pensar que se trataba de perros utilizados en servicios de seguridad y que probablemente habían dejado de ser útiles, extremo que no ha sido confirmado por la parte acusada.
J.B.G.G. declaró ante la juez que había dejado los perros a cargo de una tercera persona porque tenía que salir de viaje de forma indefinida por motivos de salud. Su abogado aseguró ayer a este periódico que el acusado «desconocía la situación en la que se hallaban los animales».http://www.elcorreo.com/vizcaya/v/20100305/vizcaya/infierno-perros-tierra-20100305.html
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